10/28/2014

Una Generación que se extingue

Escribe: Aristides paz Viera
Cartagena, Febrero de 1971
Universal de Cartagena

Dos hechos de gran significación en la historia de la Medicina de Cartagena se cumplieron el sábado 13 de los corrientes; el uno se verificó en el salón de conferencias de la clínica Vargas, en las horas del medio día y consistió en las horas del medio día y consistió en la entrega al Doctor Daniel Vargas Vélez del Diploma que lo acredita como Presidente Honorario de La Academia de Medicina de Cartagena, después de más de 25 años de haber ejercido el cargo de Presidente Titular. En este mismo acto, el Decano de Facultad de Medicina le entregó otro Diploma por el cual se le reconoce como profesor Honorario de esta Facultad. Demás está agregar que después de esta ceremonia en que hubo elocuentes discursos exaltando los méritos y la labor del homenajeado, los asistentes fueron colmados de atenciones por la esposa e hijos del doctor Eusebio Vargas Vélez, dignos herederos de la estirpe y señorío de la familia Vargas Vélez.

El otro hecho se cumplió en las hermosa mansión del Doctor Moisés Pianeta Muñoz, quien cumplió 70 años de edad. El Presidente de la Academia de Medicina hizo entrega al Doctor Pianeta Muñoz del Diploma que lo exalta a Miembro Honorario de la Corporación en virtud de los méritos y virtudes que lo adornan y por los innumerables servicios prestados a la institución y a la Colectividad. Después de este acto que el Doctor Pianeta rubricó con un sentimental discurso que conmovió a la concurrencia porque fue la descripción histórica de los sufrimientos y vicisitudes por los cuales pasó para alcanzar la posición que hoy ocupa, se bailó hasta avanzadas horas de la madrugada y los asistentes, como en la Clínica Vargas, fueron abrumados por las atenciones del anfitrión, su distinguida esposa y adorables hijas.

Estos actos comunes y corrientes en en la vida de los hombres, son muy significativos tratándose de los personajes a que nos referimos, prototipos de una generación de la cual quedan ya muy pocos exponentes. Luchadores insignes surgieron de la nada y a fuerza de paciencia, de sufrimientos, de tolerancia en lucha contra la adversidad se abrieron paso para llegar a ser útiles a la familia y a la sociedad.

La generación médica a la cual ellos pertenecen se forjó sin ninguna clase de elementos, sin aparatos de laboratorio, ni de radiografías, ni de proyecciones y sin becas al exterior, escudriñando solo en el libro y en el enfermo los síntomas que les condujeron al diagnóstico preciso.

Fué esta generación la que a base de constancia y de perseverancia llegó a formar la medicina actual con una Facultad y un hospital en que el estudiante tiene de todo y sin embargo están descontentos, sin saber que quieren, ni que desean, ni para donde van.

El 13 de febrero de 1.971 es, pues, un día memorable porque a la alegría y satisfacción de los hechos cumplidos se unen la tristeza de una generación que se extingue.

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